El acompañamiento respetuoso;
el marco necesario para el crecimiento.
Los niños, niñas y adolescentes necesitan un marco de confianza, referencia y seguridad emocional de los adultos para poder ser felices y hacer crecer su potencial vital.
El espacio básico de relación entre los adultos y las niñas y niños o los adolescentes requiere que básicamente se cuide una comunicación profunda; la escucha, la libertad para decidir en los ámbitos de exploración y aprendizaje, el ambiente que fomente una conciencia de colectividad y los límites concretos y claros, a través de una intervención respetuosa dirigida a las verdaderas necesidades de la criatura.
El adulto es el encargado de tener cuidado del ambiente que rodea al niño para que pueda desarrollar su potencial interno. El lugar del adulto representa un espacio de veracidad en el que el niño se puede ver a si mismo y de esta manera crecer. Es el amor bien entendido, en toda su dimensión de aceptación incondicional, de acogimiento, lo que facilita el cambio ante la dificultad. Y es esta intensidad del amor lo que ofrece calor y verdadera riqueza a la relación. En esta relación entre el adulto y el infante, la verdadera clave es la auténtica comunicación; no es una comunicación entre iguales, sino entre el que cuida y el que es cuidado. Este ambiente amoroso necesario para crecer que el adulto ofrece al niño tiene dos vertientes: la libertad para moverse según su impulso vital y sus intereses, y los límites, que le proporcionan la seguridad necesaria para hacerlo. El límite es una indicación que informa y señala hasta donde se puede llegar allá donde el infante no tiene capacidad para hacerlo por si mismo; estamos haciendo camino con el niño y este camino tiene una amplitud que determina la zona de libertad, que los adultos consideran segura y pertinente para el niño. Se da un proceso por el cual el límite va mostrando al infante lo que es necesario tener en cuenta dentro y fuera de sí mismo; así es como el límite contribuye a la maduración de manera que se pueda integrar esta consciencia de si mismo, de los otros y del mundo que le rodea.