La adolescencia es una etapa llena de intensidad, tensión y maravilla.
Qué significa una educación conectada con la vida en la etapa adolescente?
Cómo podemos percibir y acompañar el que realmente necesitan los y las adolescentes?
Cómo establecemos una comunicación respetuosa y auténtica, desde el vínculo y la sana autoridad?
Cómo ponemos límites naturales de seguridad ante los peligros que pueden querer explorar?
Cómo los apoyamos en sus dificultades?

En el día a día nos desconciertan aspectos nuevos de nuestros hijos e hijas, nos surgen dudas, nos desbordan las emociones de ira o miedo, reproducimos reacciones que no queremos tener... Necesitamos aprender a acompañar de una forma más centrada, abierta y respetuosa con su propio camino y al mismo tiempo necesitamos continuar apoyándolos en los suyos momentos difíciles y protegiéndolos señalando y limitando los riesgos de sus exploraciones.

Os invito a formar parte de un grupo de exploración y aprendizaje, para compartir vuestra particular experiencia de ser madres y padres de adolescentes, ¡este gran privilegio y responsabilidad!
Lo que os propongo es que, juntas, creemos un espacio seguro emocionalmente y podamos atender lo que les sucede a vuestros hijos e hijas y lo que os sucede a vosotras en relación con ellas y ellos. Aquello del día a día que os provoca inquietud, malestar, preocupación... y aquello que os llena de alegría y satisfacción.
Podremos mirar también las creencias y patrones internos que nos desconectan de nuestra propia sabiduría intuitiva como madres y padres y nos dificultan percibir lo que es adecuado en cada caso. Ver lo que nos dificulta percibir sus necesidades auténticas y las nuestras, para poder actuar de forma cada vez más coherente y empática, desde una sana autoridad que genere confianza y seguridad. Nos cuidaremos para poderlos cuidar, nos acompañaremos para poder acompañarlos.