top of page

Etapas y espacios
 

En El Roure tenemos dos etapas diferenciadas y en relación: Los Cerezos, para niños y niñas entre 3 y 6 años y La Ginesta y La Arbreda, para niñas y niños entre 7 y 12 años.

Consideramos que cada etapa requiere un espacio y un ambiente propios, pero encontramos enriquecedora la convivencia de edades. Por eso favorecemos formas y situaciones de intercambio entre los tres grupos.

Entre el final de una etapa y el comienzo de la siguiente hay un momento de transición flexible que los adultos acompañan y que se centra en respetar el ritmo de cada niño o niña.

El espacio es el elemento que acoge la experiencia pero, al mismo tiempo, es uno de los elementos que conforma y determina la experiencia.

El espacio interior representa el espacio pensado para satisfacer las necesidades de los niños y niñas, el espacio exterior es el espacio natural, que nos viene dado por una finca rodeada de bosque y de un entorno rural. Tanto uno como otro están interrelacionados y cubren necesidades diversas indistintamente: intimidad, sociabilidad, actividad, contemplación, concentración, expansión, etc. Ambos son fuente interminable de vivencias de aprendizaje, cada rincón respira y conserva huellas de emociones y descubrimientos. 

cirerersespai12_roure .jpg

De 3 a 6 años

El Cerezos

El aprendizaje a estas edades se produce haciendo experimentar todos los sentidos corporales con el medio y esto lleva a manipular materiales y objetos concretos. Las niñas y niños más pequeños exploran constantemente de una manera global y enormemente eficaz. Cualquiera de sus actividades lúdicas, de relación, de expresión, de motricidad, lleva implícita una gran cantidad y variedad de aprendizajes: cuando un niño juega en el arenero traspasando agua de un recipiente a otro y la mezcla con la arena para hacer una pasta; cuando construye torres con piezas de madera o circuitos con rampas, rectas y desniveles para hacer pasar pelotas; cuando estira la cuerda de una carretilla vacía, primero, y después con dos amigos que se han encaramado y comprueba la diferencia, está comprendiendo vivencialmente leyes de la física, lo que le permitirá comprenderlas posteriormente de manera intelectual ; cuando un niño busca la medida conveniente de un palo para su cabaña, probando ahora uno y ahora otro; cuando trata de hacer pedazos iguales de un pastel de cumpleaños o reparte balas para un juego; cuando encuentra formas geométricas en cualquier objeto; cuando se pregunta por el transcurso del tiempo o compara las distancias recorridas en dos viajes, está entrando en el pensamiento lógico-matemático. Cuando hace garabatos en un papel imitando la escritura de los adultos, mira atentamente las letras impresas en un cuento, describe verbalmente lo que ve en una ilustración, ya está inmerso en el aprendizaje de la lectoescritura. En El Roure, entre los 3 y 6 años la actividad básica es totalmente espontánea. Los diferentes materiales están al alcance de los niños y niñas para ser empleados en los espacios destinados a ellos: rincones de juego simbólico, de construcciones, de matemáticas y de lectoescritura, sala de movimiento y música, talleres de plástica, arenal. Existe, además, una programación interna del equipo con la que cada día de la semana se propone una actividad estructurada acompañada por un adulto en relación con diferentes campos del aprendizaje: las matemáticas, la lectoescritura, la plástica, la música, el juego simbólico y la psicomotricidad, la naturaleza, etc. Estas propuestas son voluntarias y flexibles en el tiempo en función del interés que despierten. Por otra parte, cada día suelen aparecer de forma natural e improvisada numerosas situaciones de aprendizaje con la mediación del adulto.

IMG_0559.JPG

De 6 a 12 años

La Ginesta y La Arboleda

Empieza una etapa en la que los niños y niñas ya empiezan a estar preparados para iniciar el camino de un aprendizaje más abstracto. Se empieza a hacer consciente el deseo de aprender y puede enfocarlo voluntariamente en una dirección determinada. Se van interesante más por los conocimientos relacionados con el mundo adulto y va creciendo la capacidad y el interés por las actividades en grupo. De hecho, ensayan formas de relación y organización de grupo que les permiten crear sus propias normas sociales como comienzo de una preparación en la entrada del mundo adulto que se extenderá e intensificará en la adolescencia. La actividad autónoma sigue siendo fundamental y se desarrolla en los diferentes espacios disponibles: la biblioteca (con rincones de geografía y culturas, matemáticas, juegos de mesa, lenguas), la sala de música y movimiento, el taller de plástica, el taller de naturaleza y el espacio exterior. La actividad estructurada tiene un papel importante en esta etapa. Los niños están cada vez más interesados ​​en actividades más abstractas, organizadas, estructuradas y vinculadas al adulto y al grupo. A partir de esa edad hemos establecido una estructura de actividades visible y voluntaria con la mediación del adulto. Entendemos que existen diversas formas de desarrollar un aprendizaje estructurado y se trata de ofrecer puntos de partida para que cada niño y niña pueda moverse en esta diversidad según su particular sensibilidad y naturaleza. Por eso existen formas individuales o de grupo, autónomas o acompañadas por los adultos, concretas o abstractas, temáticas o interdisciplinarias, etc. El objetivo de la actividad estructurada es abrir nuevos horizontes, mostrar nuevas experiencias y posibilidades de aprendizaje en un contexto de grupo. Son de carácter vivencial, se desarrollan mediante una metodología lúdica ya menudo interdisciplinar y tratan de recorrer el amplio abanico de aspectos de la cultura. Celebramos reuniones colectivas para organizar y decidir sobre estas actividades que impliquen un acompañamiento de los adultos. Hay niños y niñas con necesidades de un acompañamiento más cercano y continuado o, en general, puede haber momentos puntuales de dificultad, rechazo, resistencia o bloqueo en relación con cualquier tipo de aprendizaje. Entonces establecemos un proceso de observación, seguimiento y acompañamiento más cercano de lo habitual, para determinar el grado de intervención conveniente en todos los aspectos, con el objetivo de abordar y resolver esta dificultad en concreto. De esta forma, favorecemos que estos niños y niñas encuentren la posibilidad de resolver su conflicto a través de un marco mediado por el adulto. L’activitat autònoma continua sent fonamental i es desenvolupa en els diferents espais disponibles: la biblioteca (amb racons de geografia i cultures, matemàtiques, jocs de taula, llengües), la sala de música i moviment, el taller de plàstica, el taller de natura i l’espai exterior.   L’activitat estructurada té un paper important en aquesta etapa. Els infants estan cada vegada més interessats en activitats més abstractes, organitzades, estructurades i vinculades a l’adult i al grup. A partir d’aquesta edat hem establert una estructura d’activitats visible i voluntària amb la mediació de l’adult.  Entenem que hi ha diverses formes de desenvolupar un aprenentatge estructurat i es tracta d’oferir punts de partida perquè cada nen i nena pugui moure’s en aquesta diversitat segons la seva particular sensibilitat i naturalesa. Per això hi ha formes individuals o de grup, autònomes o acompanyades pels adults, concretes o abstractes, temàtiques o interdisciplinàries, etc. L’objectiu de l’activitat estructurada és obrir nous horitzons, mostrar noves experiències i possibilitats d’aprenentatges en un context de grup. Són de caràcter vivencial, es desenvolupen mitjançant una metodologia lúdica i sovint interdisciplinària i tracten de recórrer l’ampli ventall d’aspectes de la cultura. Celebrem reunions col·lectives per a organitzar i decidir sobre aquestes activitats que impliquen un acompanyament dels adults.          Hi ha nens i nenes amb necessitats d’un acompanyament més proper i continuat o, en general, hi pot haver moments puntuals de dificultat, de rebuig, de resistència o de bloqueig en relació amb qualsevol tipus d’aprenentatge. Llavors establim un procés d’observació, seguiment  i acompanyament més proper de l’habitual, per a determinar el grau d’intervenció convenient en tots els aspectes, amb l’objectiu d’abordar i resoldre aquesta dificultat en concret. D’aquesta manera, afavorim que aquests nens i nenes trobin la possibilitat de resoldre el seu conflicte a través d’un marc mediat per l’adult.

bottom of page